La playa de Leme de Río de Janeiro fue tomada esta semana por 141 esculturas de osos que forman parte de una exposición itinerante destinada a promover la unión de los pueblos y dentro de una de las iniciativas para conmemorar el Año de Alemania en Brasil.
Las esculturas de dos metros, pintadas con vivos colores, representan a diferentes países y culturas del mundo y se sirven del ícono de la ciudad de Berlín, un oso en pie con las patas delanteras levantadas, para enviar su mensaje de tolerancia.