Cuando ya la enfermedad está avanzada es que puede sentir lo siguiente:
-Cambios en los hábitos intestinales como estreñimiento progresivo, diarrea persistente o deposiciones más delgadas que de costumbre.
-Sentir que el intestino grueso no se vacía por completo.
-Sangrado rectal, heces
oscuras o sangre en las heces fecales.
-Cólicos o dolor abdominal.
-Pérdida inexplicable de peso, cansancio, debilidad, náuseas y vómitos.
Así que ¡cuidado!