Medio millón de piezas de Lego, dieciocho meses de trabajo y 60.000 dólares de inversión: con esos ingredientes y el empuje de un sueño, un joven rumano ha construido un coche de tamaño real que funciona con aire comprimido y es capaz de circular a 25 kilómetros por hora.
La historia comienza con el pequeño Ferrari rojo de Lego que Raul Oaida tenía desde que era un niño.





