La caza de elefantes vivos desapareció en Tailandia hace más de cincuenta años, pero un puñado de chamanes octogenarios aún recuerda las batidas que antes abastecieron de paquidermos a los ejércitos del antiguo Siam.
Esta es una tradición centenaria en la que un puñado de hombres se valían de su destreza, transmitida durante generaciones, y unas cuerdas de cuero de búfalo para estas cacerías que llevaban a cabo en la frontera con Laos y Camboya. Los chamanes aún hoy conviven con estos animales como parte de su cultura.





