Hay partidos en los que a Serena Williams no le importa ser exigida al límite.
Sin perder el nivel arrollador de 2013, la número uno del mundo derrotó ayer 6-4, 7-5 a Victoria Azarenka para revalidar su título en el torneo de Brisbane y certificó con firmeza su condición de favorita con miras al Abierto de Australia.





