En primer lugar, es fundamental elegir un calzado que evite la concentración de calor y humedad en nuestros pies para impedir malos olores y hongos.
Por otro lado, la calidad del calzado es muy importante, ya que de esta manera podemos evitar la aparición de durezas y callos en los pies. Y sobre todo, elige un zapato con el que te sientas cómodo al caminar.





