Al dar los primeros pasos en la elaboración de panes en su comunidad, las expectativas de comer un desayuno completo aumentó para ellos, pero en el camino se percataron de que no tenían hornos para asarlos.
Es así como le surge la idea de hacer que las pailas comunes se conviertan en pequeños hornos; ellos instalan un fogón normal, pero encima le ponen una tapa con carbón, que hace que el calor se concentre por ambas partes de la paila y el producto sale hasta mejor que en un horno.





