Un día el león se despertó, se sentía lleno de vida, guapo y más fuerte que nunca, pensó que no habría en el mundo nadie que lo pudiese vencer. Con este sentimiento de grandeza, se encaminó hacia la selva. Allí se encontró con una víbora a la que paró para preguntarle.
- Dime, víbora, ¿quién es el rey de la selva? - Tú, por supuesto le respondió.
El siguiente animal que se encontró fue un cocodrilo, que estaba durmiendo al lado de un río. El león se acercó y le preguntó: