Aunque está contento porque Luis Suárez volvió a la cancha tras una suspensión por morder a un oponente, la dirigencia de Liverpool sigue preocupada por el daño que el delantero uruguayo ocasionó a la marca del club.
La suspensión de 10 encuentros por morder al zaguero de Chelsea, Branislav Ivanovic, durante un partido en abril fue la secuela a otra sanción por ocho partidos por insultos racistas contra Patrice Evra, en 2011.
"Cualquier incidente de ese tipo daña una marca'', comentó hoy el director operativo de Liverpool, Ian Ayre.