Cargados de fe, peticiones y, en muchos casos, agradecimiento por milagros concedidos, cientos de miles de costarricenses caminaron kilómetros en la tradicional romería para visitar ayer a la Virgen de los Ángeles, la patrona del país.
Cada año, la víspera del día de la Virgen se convierte en un desfile interminable de personas de todas las edades y estratos sociales que elevan sus plegarias y ponen sus esperanzas en la figura de piedra que reposa en la Basílica de los Ángeles, en la ciudad de Cartago.