Robar por las noches y luego tenderse antes de que lo pusieran tras las rejas, era a lo que se dedicaba Xavier Ramón, de 15 años, quien decidió llegar hasta la Presidencia de la República junto a un grupo de expandilleros para buscar una mejor situación de vida.
Las ganas de superación habitaban en cada unas de las miradas de estos jóvenes pertenecientes a barrios como El Valle, Mano de Piedra, Samaria, entre otros.





