Santiago mencionó que se levanta a las 3:00 a.m. de lunes a sábado para empezar con los preparativos de los alimentos que ofrecerá a los clientes que lo visitan todos los días para degustar de los desayunos que él y su esposa, Yariseel Quiel, preparan.
Ocho años de tener el negocio se han convertido para Santiago en una verdadera satisfacción, ya que asegura que este es el sustento de su hogar, del que, además, saca para los gastos escolares de sus siete hijos.





