Francisco ofició en la cárcel romana de menores de Casal del Marmo la Misa de la Cena del Señor del Jueves Santo, durante la cual lavó los pies a doce jóvenes allí recluidos, entre ellos dos muchachas, una católica y otra musulmana, imitando lo hecho por Jesús con los doce apóstoles.
"Esto es lo que Jesús nos enseña y esto es lo que yo hago. Es mi deber, me sale del corazón y amo hacerlo", dijo el papa Bergoglio cuando se disponía a lavar los pies a los doce muchachos.