La ciudad de Roma se prepara para recibir a entre 100,000 y 200,000 fieles y después a los jefes de Estado y de Gobierno que querrán dar la bienvenida al nuevo papa.
El alcalde de Roma, Gianni Alemanno, ha explicado la dificultad de organizar este evento, ya que se desconoce la hora y el día en el que la fumata blanca anunciará al nuevo pontífice.