Luego del culto realizado en el templo evangélico, los cuerpos fueron trasladados al cementerio Praderas de la Paz, ubicado en La Cabima, donde las lágrimas no se hicieron esperar.
María del Carmen Ramos, esposa de José, afirmó que aún esperan justicia y piden cárcel para las unidades policiales involucradas en este hecho, donde dos personas inocentes perdieron la vida.





