Con el tiempo... Aprendes la sutil diferencia que hay entre tomar la mano de alguien y encadenar un alma.
Y aprendes que el amor no significa apoyarte en alguien y que la compañía no significa seguridad.
Con el tiempo...
Empiezas a entender que los besos no son contratos, ni los regalos promesas.
Y aceptas tus derrotas con la cabeza en alto, con los ojos bien abiertos, con la compostura de una mujer y no con el rostro afligido de una niña.
Con el tiempo...





