Un ejemplo para seguir. Un intenso calor azotaba a Érika Ortega, una carismática vendedora de refrescos, quien lleva más de 11 años en el negocio con la única prioridad de llevar el pan nuestro de cada día a su hija.
El esfuerzo diario de esta mujer es velar por su familia, por lo que se esmera de lunes a domingo en vender sus diferentes productos en un pequeño puesto que ubica en todas las ferias que se realizan en Panamá.