Aunque no es el Día de la Madre, he decidido escribir sobre los seres más maravillosos que hay, pues esas damas son capaces de hacer cualquier cosa por sus hijos.
Hace 24 años mi mamá, Modesta González, vivió uno de los episodios más tristes de su vida al perder a su esposo (quien era mi padre) por enfermedad. Ella trabajó muy fuerte por sus cuatro hijos, deseaba que nosotros fuéramos personas de bien, y lo ha logrado.