Miguel Amaya aún no se despoja en un 100% de algunas actitudes de niño, su humildad y sencillez son, tal vez, dos de esas que se han convertido en su carta de presentación amigable para un beisbolista con talento de exportación.
A sus 13 años, Miguel tiene un currículum envidiable para un pelotero de su edad, por sus brillantes actuaciones en las pequeñas ligas, y hace una semana recibió una llamada cargada de gloria para él y el béisbol panameño.