El monarca de un reino de la India tuvo noticias de que había en la localidad un faquir capaz de realizar extraordinarias hazañas. El rey lo hizo llamar, y cuando lo tuvo ante él, le preguntó: - ¿Qué proezas puedes efectuar?
- Muchas, majestad -repuso el faquir-. Por ejemplo, puedo permanecer bajo tierra durante meses o incluso años.
- ¿Podrías ser enterrado por diez años y seguir con vida después? -preguntó.
- Sin duda, majestad -aseveró el faquir.