Cuando se viaja al interior del país es común ver personas cruzando debajo de los puentes peatonales a lo largo de la vía Interamericana. Y es que, aunque durante mucho tiempo los residentes clamaban para que fueran construidos, ahora esos puentes parecen estar de adorno, pues los peatones prefieren lanzarse por debajo sin importarles que su vida está en riesgo.
Pero si en el interior del país llueve, en la capital no escampa, pues la gente insiste en cruzar debajo de los puentes; lo peor es que en las noches los peatones ni se ven.