Siempre he dicho que hay jóvenes que no respetan a sus familiares y a las personas adultas. Hay chicos y chicas que sin titubear son capaces de soltar frases denigrantes en contra de los abuelos y de aquellas personas que con su experiencia nos aconsejan de manera muy sabia para emprender el camino del bien.
Sin embargo, hay adultos para quienes las experiencias no pasaron por ellos, pues manejan actitudes altaneras sin ningún tipo de necesidad, en ocasiones uno lo llega a atribuir a enfermedades, pero hay quienes solo lo hacen por malamaña y mala costumbre.





