En el caso del Instituto América, según su director Juan Antonio Daniels, solo le llegaron 500 tarjetas y la población estudiantil de ellos supera esa cifra, además afirmó que al repartirla se forma un desorden, pues la información dentro de la tarjeta no contiene el año que cursa el estudiante, así que tienen que adivinar quién es el dueño.

Los estudiantes explicaron que el temor que los invade es a causa de un hongo perjudicial para la salud que crece en el excremento de las palomas.

Andrea Ávila, vocera estudiantil, aseguró que ellos llegaron a este punto porque sienten temor por lo que pueda ocurrir en un futuro no muy lejano.

El jefe del servicio de cardiología pediátrica y coordinador de las jornadas, Dr. Miguel de La Rosa Martínez, informó que estas operaciones tienen un costo 200 mil dólares, pero gracias a la ayuda de médicos extranjeros los padres no tienen que preocuparse por el dinero.

Rita Fernández, presidenta de la Asociación Amigos de la Tierra, manifestó que el evento mundial se hace con el fin de minimizar los efectos del calentamiento global, para que se bajen todos los niveles energéticos en ese momento, puesto que los resultados son grandes y es un compromiso de cada panameño.

Y es que, hace años que en la ciudad hay veredas dañadas y no se les da arreglo, por lo que constantemente personas van a parar al suelo.

Los profesores habían adoptado esta medida, luego que una profesora fuera asaltada por tres encapuchados en el salón de clases.

Luisa Espino, directora del plantel, explicó que el MEDUCA se comprometió a nombrar a tres inspectores y un celador para cuidar la escuela en las noches.

Pero no solo fueron los libros los que sufrieron daños, sino también las computadoras, que al entrar en contacto con el agua hicieron cortocircuito y quedaron inservibles.

Su madre, Evangelista Bonilla, piensa que Rudel no quiso llegar a casa porque la maestra le dijo el pasado miércoles que enviaría una nota para comunicar que no se estaba portando bien.

Bonilla reconoció que el niño es inquieto, pero lo aman y están muy angustiados porque no llega a casa.

Esquivando un carro en marcha estaba Delmiro Figueroa, quien dio a conocer su descontento porque frecuenta La Peatonal y, según él, no existe un policía de tránsito regulando el tráfico. “Esto hace confuso y reducido el espacio para peatones en la zona”, dijo.

Los afectados manifestaron a DIAaDIA que en la madrugada escucharon un estallido y cuando se asomaron a la calle, se percataron de que una tubería se había roto.

El estallido hizo un pequeño agujero en la isleta de la cual emanaba tanta agua que inundó parte de la calle.