María destacó que perfeccionó esta habilidad con la empresa Brincolines, pues en un principio lo hacía para obtener algo más de dinero, pero le ha fascinado incursionar como pintacaritas, de manera que ve a niños y adolescentes felices.
Esta joven es residente en Las Cumbres y estudia psicología. Considera que quizás por tratar con menores de edad le interesa más la carrera.





