No puedo escribir una columna sin dejar de tocar el tema de la selección, sé que es algo que está sumamente gastado, pero me es difícil tener este espacio y no compartirles mi punto de vista al respecto.
No soy experta en fútbol, pero reconozco que desde hace meses mi trabajo me ha obligado a adentrarme más en este deporte, a fin de brindarles una información clara a los lectores y cibernautas, el martes fue un día que quedará en la memoria de los canaleros por mucho tiempo, debido a que desde hace mucho tiempo (cuida´o que es la primera vez) que llegamos tan lejos, a punto de ir a un mundial. Conozco personas que, al igual que yo, nunca estuvieron empapadas del tema fútbol, pero que al ver a una selección tan preparada y con sed de victoria optaban por ver los partidos y apoyarlos desde la distancia.
A Dios gracias le doy por este gran equipo que dio el todo por el todo en la cancha, que llegaron al punto que muchos quisieron alcanzar y que así sea lesionados buscaron la manera de dar un resultado victorioso. Ahora las esperanzas están sobre Rusia 2018 y, lo sé, es difícil pensar tan lejos cuando la herida es reciente, pero es la única manera de encontrar consuelo y darle ánimo a los jugadores que vienen en camino. Mi dolor es ver que teníamos una selección fuerte que no pudo llegar, y mi temor es que no logremos consolidar un grupo así, pero bueno... es importante pensar en el mañana aunque sea complicado.
Con relación al tema de las fallas, no voy a profundizar, soy positiva y trato de verle el lado amable, pero hay puntos que me cuesta asimilar, justificar y de tocarlos en este espacio crearían molestias.
Gente, veamos a las generaciones siguiente, sigámosle la pista y roguemos que cuenten con el apoyo necesario de las autoridades a fin de seguir con el sueño canalero. A los jugadores, le pido a Dios que les permita superar este trago amargo y les permita ver lo positivo dentro de esto.