"Hola Viola cómo estas". "Bien", respondí. "Te ves como diferente hoy". "¿Sí?", agregué.
"Estás como peinada". "¿Cómo?" O sea, ¿significa que los demás días estoy despeinada?
No, lo que sucede es que estás más peinada de lo normal", esto fue lo que me dijo un colega en la redacción para la cual laboro y no sé qué fue peor, que me dijera que estaba peinada o que me dijera que estaba más peinada de lo normal. Si hubiese seguido la conversación, lectores, creo que la situación hubiera empeorado.
Después una compañera me dijo: Viola, es que los hombres no tienen tacto para decir las cosas". &162;Plof! Y es totalmente cierto.
Una vez hice un análisis con unas amigas y llegamos a la conclusión de que los hombres, por su machismo, su fuerza bruta natural, seres humanos fuertes, son poco dóciles y suaves al decir las cosas.
Por ejemplo te dicen: &162;Ey, traéme eso! En vez de: Por favor, ¿me puedes traer eso? Otros tienen una astucia y diplomacia particular y te dicen: "Te divorciaste del cepillo hoy?" &162;Qué especiales! lo cierto es que nuestros queridos compañeros del sexo opuesto siempre tienen una manera tan diferente de decirte las cosas, que te dejan con la boca abierta, pues te dejan en pena.
Pero, ¿saben cómo debemos actuar ante este tipo de situaciones? Solo reírnos. Ellos nunca van a cambiar así que debemos convivir con ellos. Tomemos las cosas alegremente Suerte.