El planeta Tierra, el único hogar de toda la humanidad, sin embargo, pocos son los que se preocupan en cuidarlo.
Eso se ve reflejado en los ríos, playas, quebradas, lagos y calles llenas de toda clase de desperdicios.
A esto hay que sumarle la deforestación, la emisión de gases efecto invernadero, entre otras cosas que atentan contra la salud de la Tierra.
Unos de esos que sí se preocupan por el planeta son las maestras del parvulario Paula Jaramillo, ubicado en Santa Ana, pues les enseñan a los pequeños las cosas que lo dañan.
Felícita Teucama, maestra del parvulario, dijo que hay que trabajar con los más pequeños para lograr un cambio, por eso les enseñan a reciclar y a que no deben tirar basura a la calle.
Así como estas maestras hay muchas personas agrupadas en distintas asociaciones que trabajan y se preocupan por el medioambiente.
André Domoulin, de Ciudadanos para un Clima Vivible, es otro de esos guardianes de la naturaleza, él a través de su organización impulsa un proyecto para poner un precio a las emisiones de carbono.
Según Domoulin, esperan empezar con $15.00 por tonelada de emisión, ya que hay países como Suecia o Suiza, donde se cobran $80.00 por tonelada.
Manifestó que lo importante es que estos precios serían con dividendos, porque lo que se recibe se distribuye directamente a la población.
Emilio Sempris, ministro de Ambiente, indicó que en la vida todos tienen un plan a, b y c, pero solo hay un planeta, no hay uno b.
Añadió que hay que pasar a una economía mucho más próspera con menos desperdicios y mayor gestión ambiental.
Yeimy Echeverría, directora de gestión ambiental de la Asociación Nacional para la Conservación Ancón, reconoció que hay que educar constantemente para cambiarle el "chip" a las personas y se pueda promover un ambiente sano.
Destacó que hay que inculcar en los niños el cuidado del medioambiente, para que cuando sean adultos tomen buenas decisiones y no haya problemas con el ambiente.
Muchas asociaciones ambientalistas trabajan en la Alianza por el millón de hectáreas. Una de esas asociaciones es Ancón, que ya ha reforestado 24 hectáreas en el parque Camino de Cruces.
Mi Ambiente tiene abierto 17 procesos sancionatorios en materia de deforestación. Uno de los más grandes es el de un sujeto que taló más de tres hectáreas en Darién. La multa ronda los 30 mil dólares y cuatro años de cárcel.