Resultan una diversión para grandes y chicos, sobre todo para niños de cinco años en adelante que no saben lo peligroso que es utilizar estos objetos; solo lo ven como un juego de distracción.
Sin embargo, el problema de estos juegos pirotécnicos es que pueden causar quemaduras, heridas y hasta muertes sin importar la edad. Por tanto, no es recomendable que los pequeños de la casa manipulen este tipo de artefactos, sobre todo, en estas fechas de Navidad, que son muy populares.