Cada tarde llegan a las 4:00 p.m. para empezar a encender su barbacoa y hacer las brasas para poder asar estos deliciosos chorizos que son tan buscados en este lugar. Su faena termina entre 10:00 p.m. a 11:00 p.m.
Cada uno de ellos tiene cuatro hijos, ya todos educados, y a los cuales les han enseñado que con el trabajo y el esfuerzo logran cada una de las metas propuestas.
Catalino y Aquilino son grandes amigos y decidieron poner este negocio porque la situación económica está difícil y cada día los gastos en el hogar suben y el dinero no les alcanza.
Otro motivo de peso que los llevó a iniciar este trabajo fue la gran necesidad de demostrarles a las personas que aunque estén en la tercera edad, también pueden ser productivos para este país.
Esta decisión fue tomada, luego de que acudieron a varios lugares a buscar trabajo, y no se los daban por la edad. Esto los impulsó mucho más y ahora cada día usted los puede encontrar en la esquina de este supermercado.
Una de las anécdotas más recordadas por este par de amigos es que un día no asistieron a trabajar porque estaba lloviendo y las personas les reclamaron, ya que muchos de ellos se bajan de los autobuses para dirigirse a su hogar, pero primero pasan por su chorizo.