Musa Khan, un niño de tres años, fue acusado junto a cuatro adultos (sus padres y abuelos) de lanzar piedras contra un equipo de la compañía de gas que llegó a su barrio en la ciudad de Lahore a desconectar el suministro a quienes no habían pagado. Allí se generó una verdadera batalla campal.
Ante el hecho registrado en febrero, la primera semana de abril el niño
debió comparecer ante un tribunal que lo dejó libre bajo fianza. Mientras le
tomaban las huellas dactilares, lloraba, y debieron consolarlo con un
biberón.
"Ni siquiera sabe cómo tomar el biberón correctamente, ¿cómo puede tirarle
piedras a la policía?", señaló su abuelo Muhammad Yasin fuera del tribunal a The
New York Times.
Su familia dijo también a The Guardian que lo mantienen escondido porque
están bajo presión de las autoridades y que consideran que se están enfrentando
a una humillación nacional por el incidente.
La acusación va en contra de la edad mínima en Pakistán para la
responsabilidad penal, que es de 12 años.
Los cargos contra el bebé alarmaron a las autoridades. Según indicó el
diario paquistaní The Nation, el niño debe comparecer nuevamente el sábado 12
de abril pero sus familiares dijeron que no era seguro que lo llevaran
nuevamente al tribunal.
El jefe del gobierno de Punjab, Muhammad Shahbaz Sharif, pidió una aclaración al inspector provincial de la policía y exigió "medidas severas" contra los funcionarios que registraron el caso.
Con información de BBC
El jefe del gobierno de Punjab, Muhammad Shahbaz Sharif, pidió una aclaración al inspector provincial de la policía y exigió "medidas severas" contra los funcionarios que registraron el caso.
Con información de BBC