Suelta El Wichi, la Selección y las televisoras

Contra todo pronóstico, Suelta El Wichi celebra dos años al aire. Para nadie es un secreto y mucho menos para TVN Media que no me gustan los shows de chismes –de ningún canal- y muchísimo menos esos donde sus presentadores se creen con patente de corso para cuestionar a los demás, pero cuando a ellos se les cuestiona, se sienten heridos y atacados; sin embargo, tengo que admitir que a pesar de los golpes legales y contundentes que este show ha recibido, siguen al aire cual "survivor" y de lo tóxico que eran, ahora son un espacio que mezcla diversión e infoentretenimiento que le da ritmo en las noches a pantalla TVMax.

Como todos saben este show ha pasado por cambios radicales que van desde la salida de una presentadora importante para el formato y estilo del concepto hasta el contenido y forma de presentar las notas, inclusive, hasta hacerlo pregrabado para tener mejor control de lo que en el salía y evitar más problemas legales.

Suelta El Wichi no es ni la sombra de lo que fue. De ser el show más polémico y hasta temido de la televisión, ahora son el espacio de "joda" o exposición de sus presentadores y reporteros mezclado con contenido que genera la mal llamada "farándula" local. Son el espacio de joda de la parrilla de TVMax. Punto. Del Suelta El Wichi inicial queda poco. Esa es una realidad, quieran aceptarlo o no, pero más allá de eso que es evidente, yo aplaudo que sigan al aire con su actual estilo porque sí es cierto que le regalan a su audiencia fiel y cautiva, que sí la tienen, una hora de desorden en un país donde la gente está ávida de reírse ante tanta mala noticia, ante tanto estrés y sobresaltos. Ellos divierten a quienes los sintonizan y se divierten haciéndolo.

Y es que dos años de hacer televisión diaria, no es fácil. Se requiere de un equipo humano comprometido primero con el show. Para mí sería muy fácil atacarlos –y tengo con qué- pero no, yo celebro que estén al aire como están hoy, sin excesos y con algo de límites porque una cosa es libertad de expresión e información y otra, muy diferente libertinaje. Yo celebro que estén al aire porque son una producción local. Porque generan trabajo en tiempos de recortes en los medios. Celebro porque aquellos tiempos de arrogancia y excesos se acabaron en ese show y hoy uno puede sintonizarlos y hay de todo un poco, pero medido, reitero, sin excesos. Respetando las libertades pero sabiendo que tienen deberes… como siempre debió ser. Ojalá no se descontrolen. ¡Feliz segundo aniversario!

Y escribiendo de deberes y descontrol, me dan mucha risa los mensajes que he recibido para que "acribille" a mis colegas de la fuente de deportes por el incidente entre un jugador de la selección nacional de fútbol y un colega periodista y, a los medios por supuestamente "soplar" a un equipo.

Esto es muy simple. Un periodista hace preguntas independientemente si es a un político, un atleta, o alguien de las artes. El entrevistado responde, si quiere. Un periodista hace preguntas que pueden ser incómodas, el entrevistado normalmente se molesta. Un periodista cuestiona con respeto. El entrevistado normalmente se siente atacado, por muy profesional que haya sido el cuestionamiento. Ese es el ejercicio del periodismo, aquí o en China. Cuando un periodista es querido, por ejemplo, por un politiquero de los que por ahí abundan, entonces el periodista no está haciendo su trabajo. Cuando un periodista es querido por un atleta que no da resultados, ese periodista no está haciendo su trabajo de cuestionador y quizá esté haciendo relaciones públicas disfrazadas de periodismo. ¿Quién ha dicho que aquí no se le puede cuestionar a un atleta que representa al país su desempeño?

En el caso específico del incidente, lo lamento por los fanáticos, pero quien falló fue el jugador que quizá en su frustración por los resultados ante preguntas incómodas, reaccionó mal. No se justifica. Tan mal como la reacción de sus compañeros y cuerpo técnico de cerrar filas y no dar entrevistas. ¡Por Dios!

Y decir que los medios soplaron a la selección por un tema netamente comercial, puede que tenga algo de cierto, como también es cierto que usted que es fanático del fútbol criticaría duramente a los canales de televisión si no transmiten los partidos. Entonces, esa doble moral de atacar a los medios por los resultados de la selección es una excusa burda de la doble moral de usted ¿o es que usted no confía en nuestros jugadores? Piénselo. Cuando los canales han transmitido los juegos olímpicos, por ejemplo, la audiencia es casi nula. Cuando no se transmitieron, se atacaba a las televisoras por no hacerlo. ¿Entonces? Dejémonos de hipocresías. Los resultados de la selección no tienen que ver con medios, tienen que ver con desempeño en la cancha y movidas de técnicos.

Es mentira que la pasión que se le inyecta a la fanaticada por su selección sería lo mismo sin las transmisiones de las televisoras y sin el mercadeo-negocio que hay detrás de ello. Esta es una relación de conveniencia de varios actores: federación, medios y fanaticada. Simple. El Sr. Baloy se equivocó atacando al periodista y algunos se equivocan responsabilizando a las televisoras.

Cuando un periodista es querido por un atleta que no da resultados, ese periodista no está haciendo su trabajo de cuestionador y quizá esté haciendo relaciones públicas disfrazadas de periodismo.