Genética y lenguaje
La capacidad humana para la adquisición del habla y el lenguaje debe derivar, al menos en parte, a partir del genoma.
En 2001, un estudio describió el primer caso de un gen, el FOXP2, que se cree que está implicado en nuestra capacidad de adquirir el lenguaje hablado.
El gen FOXP2 podría, sin ser específico en el cerebro o para nuestra propia especie todavía, proporcionar un punto de entrada muy valioso en la comprensión de las cascadas genéticas y los caminos de los nervios que contribuyen a nuestra capacidad para el habla y el lenguaje.
El habla y el lenguaje son capacidades innatas del cerebro humano y han sido ampliamente aceptadas, pero solo recientemente tienen un punto de entrada en la base genética de estas facultades .
El descubrimiento de una mutación en el gen FOXP2 en una familia con un trastorno del habla y el lenguaje ha permitido a los neurocientíficos rastrear la expresión neuronal de este gen durante el desarrollo embriológico, realizar un seguimiento de los efectos de esta mutación genética sobre la estructura y la función del cerebro, y así comenzar a descifrar qué parte de nuestra herencia neural culmina en el lenguaje articulado.
El gen FOXP2 es un factor de transcripción implicado en el desarrollo y el control neural de la coordinación orofacial, particularmente con respecto a la vocalización. Las observaciones de ortólogos muestran que la variación entre los vertebrados es muy poca.