Amantes y guardianas de los congos
Cuando se menciona Curundú, a muchas personas les viene a la mente un barrio marginal con mucha delincuencia, sin embargo, esta no es la realidad de este lugar, ya que allí hay mucha gente honesta y trabajadora que deja el nombre de Panamá en alto a donde quiera que vayan.
Un claro ejemplo de esas personas buenas del barrio de Curundú son Alejandrina Lan, reina congo consejera que le cedió el trono a su hija Marcia Rodríguez.
Alejandrina, hija de padre y madre esclavos que fueron traídos de África, llegó en 1947 a Curundú, en esos años le llamaban Hollywood.
En esa época eran caserones de madera y lona, y los postes del tendido eléctrico eran los árboles. Al ser hija de esclavos desde que Lan nació en Escobal, en la costa abajo de Colón, fue reina congo y al trasladarse a Curundú llegó con toda su cultura a su nuevo hogar,
pero los congos a este barrio no llegan con Lam, ya que desde la época colonial había esclavos en Curundú, quienes conocían muy bien el área, pues transitaban por allí para ir a las ferias de Portobelo, en la provincia de Colón.
Según Marcia Rodríguez, hija de Lam, en Curundú se han encontrado balas de cañón de la época colonial. Además, los esclavos venían a lavar en el río Curundú.
Toda esta cultura, Lam, como reina congo, la ha tratado de mantener en el barrio que la acogió, a pesar de los problemas que existían entre las bandas que allí había.
Ahora el barrio ha cambiado mucho y Alejandrina, por su edad, pasa mucho tiempo encerrada en su casa, por eso está tomando un curso de artes decorativas y reciclaje que dicta la Alcaldía de Panamá en conjunto con la empresa Odebrecht en el centro de capacitaciones que hay en el lugar.
A pesar de que le cuesta caminar, todavía enseña a bailar congo en su casa, siempre con la ayuda de su inseparable hija, quien es la actual reina congo. Para ellas no hay nada como mantener viva su cultura en un barrio como Curundú.