Eric Ariel Montenegro
Conservar y mantener viva la danza del gran diablo se ha convertido en un compromiso para los dirigentes de diversas agrupaciones folclóricas del distrito de La Chorrera, en la provincia de Panamá Oeste.
Esta danza, cuyas raíces se remontan a la época de la colonia en Panamá, fue utilizada como un instrumento de evangelización a los aborígenes.
Se trata de un drama litúrgico en la que se muestra la lucha entre el bien y el mal por el alma del hombre y cuyos parlamentos se han sabido mantener inalterables a través del tiempo.
La danza del gran diablo es una de las más arraigadas en el distrito de La Chorrera, y es muy propia de la fecha litúrgica de la Iglesia católica del Corpus Christi.
No obstante, los coordinadores de las distintas agrupaciones folclóricas que presentan esta danza coinciden en que se necesita de más respaldo de la población y autoridades locales para continuar con su preservación.
Para el maestro Luis Moreno, un veterano folclorista chorrerano, el esfuerzo por conservar esta danza ha permitido que existan hasta 17 agrupaciones, las cuales se presentan en diversos escenarios.
Con el paso de los años, indicó el maestro Moreno, ha sido necesario realizar algunos cambios en los materiales que se utilizan para confeccionar los vestidos y máscaras, ello debido al costo de los mismos.
Esta opinión es compartida por la folclorista Candelaria "Mami" Chacón, quien estima entre $200 y 250 dólares el costo de toda la indumentaria que utilizan los diablos.
Lo más costoso es la máscara, cuyo valor va de $50 a 300 dólares, por lo que muchos de los danzantes optan por aprender a confeccionarlas por sí mismos.
- Existen hasta 17 agrupaciones que se presentan en diversos escenarios
- la máscara es lo más costoso, cuyo valor va de
- $50 a 300 dólares.
Para mantenerse y costearse los gastos de la indumentaria, dijo "Mami" Chacón, las agrupaciones deben hacer actividades.
En el primer día de la danza, las agrupaciones acuden a las instituciones y escuelas, buscando también hacer docencia.