Nombres bellacos
Quien visita la moderna y siempre cálida ciudad de Chitré no puede pasar por alto el hecho de que, a pesar de su rápido crecimiento, parte de la chitreanidad consiste en mantener ese gusto por las tradiciones y el arraigo por las cosas auténticas.
Una de las características que distingue a la capital de la más pequeña de las provincias de Panamá es el uso de forma corriente y peculiar de nombres y apodos, que se trasladan hacia regiones completas, y con las que identifican a muchas calles y avenidas.
Estos nombres, que son de uso común y han perdurado a través de los años, nacen en el seno de los barrios populares, y fueron bautizados de acuerdo con hechos, acontecimientos o personajes que habitaron esas áreas, durante su inicio.
Quién no ha escuchado hablar de una de las calles más famosas de Chitré, El Morisqueto, o transitado por la Calle del Pescao, o bien quedarse asombrado de pasar con toda tranquilidad y sin espantos por la calle El Peligro.
La Bota Perros y La Dormidera en Monagrillo; el casi internacional barrio La Marañona y sus tres sucursales en Chitré, Monagrillo y La Arena; así como los barrios de El Cartón y su vecino El Caracol, son solo ejemplos de la autenticidad con que fueron nombrados los barrios del área.
Algunos nombres fueron dados a ciertas calles debido a coincidencias o circunstancias ligadas al lugar, en determinado tiempo. Así nace por ejemplo la Vía España, llamada así porque resultó ser el primer asentamiento de ciudadanos españoles en la región; o la calle de Los Loros, cuya designación no tiene nada que ver con la fauna, sino con una familia que reside en el área.
Y así, la ciudad que crece sola mantiene ese toque especial y regional a través de los nombres tan graciosos con los que han sido bautizadas sus calles y avenidas.