Asombrado de sus creaciones
Luego de alcanzar la jubilación, el profesor Eustolio Pineda González llegó a pensar que "había quedado en cero", es decir, sin nada que hacer.
Él estaba acostumbrado a una vida activa como maestro de grado y profesor de inglés en Soná de Veraguas, su pueblo natal.
No obstante, se dijo que esta etapa en su vida no era el final. "Se dedicó a reparar algunas cosas en su hogar, confeccionando bateas y pequeños trabajos que agradaban a su esposa", narró.
Un buen día, su nieta, Dalis Iveth, confeccionaba una silla para su muñeca. Él la observó detenidamente y le propuso que le diera la oportunidad de hacerle una pieza. Pero le quedó tan bien que terminó confeccionando tres sillas más y la mesa.
Eso le prendió el foco de la creatividad y terminó haciendo pequeñas camas para la Barbie de su nieta. Además de otros pequeños juguetes de madera.
De esta manera hizo de la madera su materia prima para cornisas, barcos piratas labrados, nichos para santos o cofres, entre otras piezas.
"Yo mismo me asombro de los trabajos que hago", sostuvo el también maestro de grado en sus 12 años dedicados a las artesanías.
Pineda expresó que
Por todo lo anterior, Pineda acotó que no concibe que las personas jubiladas cuelguen los guantes y se queden en casa, pues deben producir algo por sí mismo y por la patria.
día a día pudo conocer que este artesano no ofrece sus productos en feria, razón por la cual trabaja mediante encargos o mediante la venta directa de casa por las barriadas de Santiago u otras comunidades veragüenses.
Utiliza madera de cedro espino, cedro amargo, teca, además de hermosas tucas de caoba.