Temen ser deportados
Unos 700 migrantes africanos, quienes permanecen en el sector fronterizo entre Panamá y Costa Rica, rechazaron ayer en la tarde abordar los autobuses que los llevarían a un centro de atención y detención bajo custodia de la policía de este país por temor a ser deportados.
Al menos tres buses enviados por Migración de Costa Rica y un contingente policial llegaron hasta la zona donde permanecen los migrantes africanos para ser llevados a un lugar ubicado en Buenos Aires de Puntarenas, a unos 150 kilómetros de la frontera entre Panamá y Costa Rica.
Sin embargo, los mismos se negaron a abordar los autobuses, asegurando que serían deportados si permiten que los lleven al lugar.
Wilson Cámara, quien es oriundo de Congo, señaló que las autoridades de Costa Rica solo quieren llevarlos a ese lugar para iniciar la deportación, lo que se convertiría en una muerte segura.
"Nosotros no podemos regresar a Congo porque el que sale de África y se regresa, tiene que pagar con la vida, solo nos espera una muerte segura, nosotros salimos por hambre, por la guerra, por favor no queremos hacerle daño a nadie, solo queremos que nos dejen seguir", dijo Cámara.
La viceministra de Gobernación de Costa Rica, Carmen Muñoz, explicó que no harían traslados a la fuerza, y de alguna familia estar de acuerdo con irse al lugar, se le trasladará, pero sin obligar a nadie.
La Policía Nacional se mantiene en el área, mientras que los autobuses fueron retirados.
Los africanos rechazan que un grupo de 500 adultos migrantes sean llevados a un centro de detención dentro de Costa Rica, donde serían revisados por la Interpol y otros organismos en cuanto a su estatus migratorio.
Temen que los deporten a sus países, lo que sería, según ellos, una muerte segura.