¡Contigo, colega de deportes!
Me alejo por hoy de la crítica televisiva para dedicarles esta columna a mis colegas de deportes. Esta columna no lleva destinatario con nombre ni apellido, sí estoy seguro de que llegará a la conciencia y espero no al ego de cada uno de los que me lean y hagan periodismo deportivo con especialidad en fútbol. Hoy es para ti, colega de la fuente de deportes. Sí, precisamente para ti que hoy te quedarás casi sin voz al gritar los goles de nuestra selección nacional de fútbol. Esa misma que despierta pasiones.
¿Por qué es para ti esta columna? Porque tú, a pesar de lo que yo pueda creer de tu trabajo, mueves masas, a favor o en contra de los jugadores y de su equipo técnico. Tú, desde que se inicie la antesala al partido porque eso de "la previa" no existe. Es un insulto al idioma- eres un influenciador, para bien o para mal. Esa es una realidad.
Hoy y por hoy- los narradores y comentaristas de TVMax y de RPC se convierten en las personas más influyentes de la televisión nacional. Hoy ustedes tendrán antes, durante y después del partido una audiencia cautiva que quisieran tener muchos y eso es una responsabilidad grandísima con su marca televisiva, con su audiencia cautiva y con el país.
Tú, colega, con el poder del medio que representas, muchas veces -aunque no lo admitas- has sido el responsable de sobreexplotar los malos resultados del equipo ante la fanaticada y generar antipatía hacia los jugadores y su cuerpo técnico al punto de no querer -la audiencia- ir a apoyarlos al estadio, pero cuando ganan, cuando nos dan alegría, eres de esos colegas que sales corriendo a tomarte la "selfie" y te vendes más panameño que la carimañola, te crees más selección que Baloy, Torres o Penedo y estoy seguro de que hasta calzoncillo rojo te pones, inclusive sobre el pantalón cual Superman. Ahí sí son buenos los muchachos. Ahí nuestra selección sí es buena.
¿Qué vas a hacer esta noche cuando está en tus manos una de las transmisiones deportivas más importantes para el país de los últimos años? ¿Qué tipo de comentarios harás? ¿De fanático o de profesional del periodismo deportivo? ¿De narrador profesional de fútbol o de un marea roja de clóset disfrazado de periodista? ¿Qué vas a vendernos antes del partido? ¿Esperanza, ilusión, orgullo, pasión, miedo, desesperanza, resentimiento, dudas? ¿Y después del partido? ¿Alegría, respeto a los jugadores, desilusión, negativismo o positivismo?
Y no, deja la burda excusa. No te estoy pidiendo que no critiques un mal partido o un mal resultado. No te estoy pidiendo que no celebres nuestros logros, nuestros goles, nuestra pasión por el deporte de multitudes. Te estoy pidiendo que hagas un trabajo profesional. Que dejes de transmitir pensando en ti y no en las audiencias. La televisión no se hace para nuestros gustos. Se hace para las audiencias. Con esto te pido que no derrames más antipatía hacia una u otra persona a la hora de narrar esta noche y que sí unas en una sola causa: Panamá, pero sin fanatismos, pero sí orgullo-país que no tiene que ver con resultados.
¿Por qué te pido esto, colega, y tuteándote, cosa que nunca hago en mis columnas con nadie? Porque en los últimos ocho o nueve años son pocos los momentos en los que el país ha estado tan unido y con tan buen ánimo como hoy. Son pocos los momentos en los últimos años y meses que los propios panameños hablamos positivamente de Panamá y de otros panameños. Más allá de los resultados, la selección nos une. A ricos con pobres. A los que les gusta el fútbol y ven sus partidos por disfrutarlo con los que lo ven como una buena excusa para beber aunque no se sepa ni qué es un gol. ¿Sabes, colega, lo que esto significa en el país donde villanos se creen héroes y supuestos héroes resultan ser igual de villanos? ¿Sabes lo que es esto en el país donde parece nadie cree en nadie? ¿En el país donde las redes sociales son literales letrinas cibernéticas?
Tú lo sabes. Yo no lo invento. Al salir a la calle hoy se siente una emoción patriótica que, con todo respeto lo escribo, ni siquiera se siente en fiestas patrias y eso, esa sensación de panameñidad, de amor al país, a compatriotas, de orgullo a tu bandera, lo están logrando precisamente esos muchachos que tanto criticamos y que hoy intentarán dar la cara por el país; por ese mismo país que muchos afuera llaman Panamá Papers, de lavadores de dinero, de refugio de delincuentes.
Lo que está pasando hoy y ese ambiente de fiesta que desde temprano se siente tiene muchas más lecturas que los goles que metan los muchachos o su ida al mundial de Rusia. Lecturas que como periodistas, independientemente de las fuentes que cubramos debemos tener claras por su impacto, pero esta noche mucho más tú como narrador y comentarista que tendrás la responsabilidad de más de 180 minutos de alta influencia en todos los estratos sociales del país.
Piénsalo, colega. Tienes una enorme responsabilidad esta noche. Tanta como la selección en el campo.
Esta columna no lleva destinatario con nombre ni apellido, sí estoy seguro de que llegará a la conciencia y espero no al ego.