El público estaba de pie, gritando con euforia, saltando y celebrando en el estadio Agustín "Muquita" Sánchez, que prácticamente se quería venir abajo.
Y no era para menos, ya que las retinas de aquellos bendecidos fanáticos habían sido testigos de la "madre" de todos los golazos que alguna vez se haya dibujado en los cielos del territorio chorrerano. Una joya que enamoró a muchos y que, incluso, levantó elogios de grandes personalidades en el extranjero.





