La muerte del actor Paul Walker el 30 de noviembre de 2013 fue un suceso dramático que acaparó la atención de los medios a nivel mundial.
Su muerte se produjo debido a que el Porsche en el que viajaba se estrelló de forma aparatosa en uno de los días libres que tuvo mientras grababa la séptima entrega de Rápidos y Furiosos. Sin embargo, el director de la cinta recurrió a la tecnología para continuar con las escenas del personaje.





