Microsoft ha puesto en marcha una "revolución cultural" que promueve la colaboración entre equipos en lugar de la competitividad y con la que busca rejuvenecerse y convertirse en una empresa más ágil 40 años después de su creación.
El cambio en marcha, impulsado tras el nombramiento de Satya Nadella como consejero delegado de Microsoft en febrero del año pasado, es omnipresente en la sede central de la empresa en Redmond, a las afueras de la ciudad de Seattle, en la costa oeste de EE.UU., donde la compañía tiene más de 40.000 empleados.