Robo, vergüenza, la más grande porquería nunca antes vista en el fútbol. No hay dudas que anoche se presentó la cara más corrupta del fútbol, esa que ha embarrado de material pestilente a la Fifa y a toda la Concacaf.
Dentro del campo de fútbol pudo más la mafia y los árbitros sin personalidad, como resultó el central estadounidense Mark Geiger, quien se encargó, él solo, de eliminar a Panamá de las semifinales de la Copa Oro 2015.