Las manifestaciones severas van desde dificultad respiratoria, náuseas, vómitos, shock anafiláctico y hasta la muerte en los casos más graves.
Si la lesión es leve: compresas con agua fría para disminuir la picazón, utilización de antihistamínicos, prescritos por el médico. Si son áreas extensas, se puede recurrir a lociones o cremas calmantes a base de calamina. También se pueden utilizar cremas tópicas a base de antihistamínicos o corticoides de baja potencia, recetados por el pediatra.