Temístocles González donó por segundo año este manto y para ello buscó el diseño del estudiante de sexto año del colegio Manuel María Tejada Roca, Carlos Vargas, para que tuviese también un mensaje.
Este manto fue inspirado en el encuentro de Jesús con su corona de espinas. El mismo tiene en el centro una cruz que está coronada por la corona real del cielo, que la encierra miles de espinas que martirizan su dolora pasión.
En los costados hay espigas que simbolizan, el pan que Dios entrega y ramilletes de uvas con vino transformado en sangre.