El anciano coleccionista alemán Cornelius Gurlitt, en cuyo piso de Múnich la policía halló unos 1.400 valiosos cuadros, guardaba también en su casa de Salzburgo (Austria), más de 60 joyas artísticas, entre ellas lienzos de Monet, Renoir y Picasso.
El portavoz de Gurlitt, Stephan Holzinger, explicó hoy que las obras serán examinadas por expertos del mundo del arte para despejar dudas sobre sus orígenes y aclarar si pueden ser "arte robado" por los nazis, como se sospecha de parte del tesoro encontrado en su casa muniquesa.





