Hace días venía en un taxi colectivo, de esos que vienen tan llenos como un diablo rojo en sus tiempos o un metrobús en la actualidad, y me tocó escuchar la conversación que sostenían dos de las ocupantes del taxi.
Era algo así como mira que nada de lo que me propongo me resulta bien, allí metí papeles para un trabajo que vi en el periódico. En realidad no es mi especialidad, no es lo que me gusta, pero me parece que el trabajo no es difícil y además salgo a las 4:00 p.m. y no trabajo sábado.