Para ganar hay que creer primero en la victoria, sin importar el rival que se tenga por delante.
Hay que arriesgar, apostar al ataque, a pesar de que el contrincante, en papel, sea superior.
Y resalto, en papel, porque en el fútbol, dentro del campo de batalla, la historia no debe pesar, tal como sucedió en el debut de Panamá en la Copa Oro 2013 con su triunfo sobre el amplio favorito México.