La cita mundial de pista y campo estuvo envuelta en muchos escándalos sobre la sexualidad.
Los besos intercambiados por cuatro velocistas rusas, felices de ganar una competencia en relevos en el Mundial de Atletismo en Moscú, generaron una oleada de especulaciones de que lo hacían en protesta por la nueva y polémica ley de su país contra la homosexualidad.
Pero dos de ellas, que parecían rozar sus labios mientras se besaban la mejilla, aseguraron ayer que ese no era el caso.





