Investigadores israelíes han descubierto que los bebés amamantados tienen menos opciones de desarrollar el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) que los alimentados con leche de fórmula.
Los pediatras animan a las madres a amamantar a sus recién nacidos debido a que la leche materna es una nutrición óptima para el bebé, es más fácil de digerir y contiene anticuerpos que ayudan a su sistema inmunológico y hormonas que le tranquilizan.





