Josh Knoller, un joven profesional en Nueva York, se negaba año tras año a aceptar a su madre como ``amiga'' en Facebook, hasta que finalmente cedió. Hoy en día hay un acuerdo entre ellos: ella no hará comentarios embarazosos, y él tiene derecho a borrarlos si ella lo hace.
``En realidad que nos peleamos fuerte por esto'', dice Knoller, de 29 años. ``Amo a mi madre con toda mi alma, pero ella es una de esas viejitas judías, dulces pero maniáticas, y me preocupaba lo que ella colocaría en Facebook, donde todo el mundo lo podría ver''.